recomendaciones
1. Fracciona tu alimentación en 5 ó 6 comidas al día, no realices ayunos mayores a 4 horas.
2. Ten hábitos emocionales y mentales sanos, esto se logra disminuyendo el estrés y generando espacios para tu descanso y recreación.
3. Evita el hábito de fumar y consumir bebidas alcohólicas, estos productos aceleran el envejecimiento aumentando la oxidación de las células del cuerpo.
4. Busca asesoría nutricional para la implementación de una dieta acorde a tus requerimientos de energía y nutrientes, gustos, rechazos y hábitos alimentarios.
5. Mastica muy bien los alimentos, come despacio, con la boca cerrada y no realices otra actividad diferente mientras los ingieres. El acto de comer debe ser un ritual para la salud y nutrición del cuerpo, no es solo masticar e ingerir la comida.
6. La toma de agua es muy importante para el organismo, lo conserva hidratado, mantiene la piel sana y ayuda a eliminar toxinas que causan deterioro de las funciones. Toma de 6 a 8 vasos diariamente.
7. En lo posible, incluye a diario en tu alimentación todos los grupos de alimentos en cantidades moderadas, con esto lograrás que sea variada y balanceada. Los grupos de alimentos son: cereales; plátanos, raíces y tubérculos; carnes; lácteos; frutas; verduras; grasas y dulces.
8. Prefiere preparaciones que utilizan menor cantidad de grasas y aceites como el cocido, horneado, guisado y al vapor. Las frutas y verduras son preferibles crudas y enteras, de esta forma conservan más sus nutrientes.
9. Controla el contenido de sal en las preparaciones, evita adicionar más cuando ya estén listas y controla el consumo de salsas y demás productos altos en sodio. No pongas el salero en la mesa.
10. Controla las fuentes de grasa en la alimentación, disminuye las grasas saturadas como margarinas duras, mantecas, aceites de palma y coco, tocineta, carnes gordas, tocino, crema de leche, y prefiere las menos saturadas como aceites vegetales (canola, oliva, girasol, soya) y aguacate.